Peñón de los Amadores

Contribución relato: Amnerys Acuña Román (Camuy, Puerto Rico)
Fotos: 1.Amnerys Acuña Román 2.Norma Arbelo Irizarry
3.Amnerys Acuña Román (Camuy, Puerto Rico)

Para los años cuarenta, y quizás mucho antes, ya era costumbre de nuestro pueblo acudir a la playa en el Día de San Juan. Los pescadores del área y otras personas, dueñas de embarcaciones, daban a los presentes el servicio de transportación desde la playa hasta el llamado “Peñón de los Amadores”.

El 24 de junio de 1940 todo marchaba como de costumbre, hasta que ocurrió un trágico accidente. Según los datos que nos ofreciera el señor Miguel Ángel (Quique) Donate Casañas, quien para esa fecha contaba con seis años de edad, su señora madre, Ramona “Moncha” Casañas y sus tías Consuelo Casañas y Juanita Donate y una amiga de la familia llamada Cristina Toledo, eran transportadas en una embarcación dirigida por el señor Julio Valentín. De momento un fuerte oleaje viró la embarcación, expulsando a todos sus tripulantes al mar. Algunas personas que se encontraban en la playa se lanzaron a su rescate, entre ellos el señor Lalo Gerena, quien salvó la vida de Doña Moncha. También fueron rescatas Consuelo y Cristina, quedando desaparecidos Juanita Donate y Julio Valentín. Fue muy triste y desesperante para los familiares ver desaparecer entre las aguas, en un abrir y cerrar de ojos, a sus seres queridos.
Pasadas tres horas, el cuerpo de Juanita Donate, quien contaba 21 años de edad, salió a flote. Esta joven llena de ilusiones soñaba con contraer nupcias al año siguiente. Cerca de las tres de la tarde del próximo día apareció el cadáver de Julio Valentín. Sus amigos y vecinos de la Peña, habían permanecido en vela toda la noche. Uno de los testigos de este trágico accidente, Pascual Rosa Cordero, conocía muy bien a Julio Valentín y nos manifestó que probablemente Juanita no sabía nadar, pero don Julio era un pescador y navegante experto. Hombre de familia, querido y respetado por todos. Su cuerpo mostraba un golpe en uno de sus ojos, recibido al impactar con la pieza del bote que sostiene los remos, provocando quizás que perdiera el conocimiento y cayera al fondo del mar, ahogándose.

Este triste suceso marcó la vida de estas familias. Por lo que fue idea del señor Miguel Donate Cabán, conocido comerciante de nuestro pueblo y esposo de Doña Ramona Casañas, construir una cruz en cemento en el “Peñón de los Amadores” en memoria de su hermana Juanita y de Julio Valentín. La persona escogida para esta tarea fue el escultor en cemento, Don Arciclo Rosa Salas, pero este falleció antes de poderla realizar.

Para los años setenta Don Miguel había estado muy activo en la construcción del nuevo templo de la Iglesia Católica. Conservaba unas piezas de madera con mucha historia que formaba parte de las vigas de la antigua iglesia. Era madera del país, de un gran peso, cortada y labrada antes de 1855, cuando se inauguró la iglesia. Procedía de árboles que ya existían en Puerto Rico a la llegada de los españoles. Al fallecer Don Arciclo Rosa sin realizar el trabajo encomendado, Don Miguel decide entonces utilizarla para construir la cruz. Don Miguel fallece el 30 de abril de 1982, sin lograr realizar su sueño, por lo que su hijo Quique y su sobrino Erick deciden completar esta obra en su nombre.
Con esa intención llevaron esta madera a la playa donde actualmente radica el Club de Leones. Allí estuvo por espacio de cuatro meses. Los niños del área la utilizaban para jugar. Más tarde se dieron a la tarea de cortar la dura madera que formaría la cruz para transportarla hasta el Peñón. Durante su travesía al Peñón, uno de los pedazos cayó al mar. Después de mucho esfuerzo lograron armar la cruz nuevamente y levantarla. Otra tarea difícil fue hacer el hoyo donde se colocaría, porque se trata de una roca de origen volcánica, muy dura. Todo fue muy difícil y trabajoso, pero con mucho esfuerzo lo lograron. Fueron ocho las personas que se necesitaron para colocarla, entre quienes estaban: Quique y Erick Donate, el niño de 8 años Samuel Franqui y varios de sus hermanos mayores.
Hoy día “La Cruz del Peñón” representa un símbolo de nuestro pueblo de Camuy y sirve de guía y faro a los pescadores que diariamente se tiran a la mar.
En esta zona son muchas las personas que han perdido sus vidas en diferentes circunstancias. Por lo que SEA esta cruz para cada uno de ellos y especialmente para los del accidente del 24 de julio de 1940, un símbolo en su memoria.

Colaboraron con esta historia los señores: Juan “Tito” Curvelo, actual Presidente de la Asociación de Pescadores, Juan Torres Serrano, historiador de nuestro pueblo y los señores Quique Donate, Erick Donate, Pascual Rosa Cordero y Samuel Franqui, quienes fueron testigos presenciales y participantes activos de lo aquí narrado.

Historia por: Rosany Crespo González 15 de abril de 2010 Publicado Observatorio Revista Mosaico camuycultural@yahoo.com

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